Wright's Taliesin West, 1937-2020
06/03/2020
El magnífico edificio que Frank Lloyd Wright diseñó y construyó en el desierto de Arizona, y que ha albergado durante 8 décadas la Escuela de Arquitectura que él mismo fundó, cierra sus puertas al final de este curso académico.
Hace más de 80 años que el gran arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright encontró y adquirió un terreno, muy singular, en el desierto de Arizona. Situado en medio de la nada, Wright pretendía crear en aquel lugar un centro de convivencia donde enseñar arquitectura, trabajar e incluso vivir con sus alumnos de la llamada “Taliesin Fellowship”. Y así lo hizo.
El maestro y sus estudiantes diseñaron y construyeron un magnífico edificio que albergaría todas las dependencias de la Escuela de Arquitectura que el propio Wright había puesto en marcha años atrás. La obra, que combinaba fuertes muros de hormigón ciclópeo con una estructura ligera de madera era, en el fondo, una estrategia para crear espacios protegidos de las condiciones tan extremas del desierto: la forma tan orgánica y horizontal del conjunto se adaptaba perfectamente al terreno existente, mientras que los ligeros entramados de madera generaban recintos perfectamente iluminados, ventilados y sombríos.
El edificio resumía a la perfección las ideas del maestro sobre la arquitectura; ideas que él mismo transmitía continuamente a sus estudiantes: conceptos como la estrecha relación entre arquitectura y entorno, la adaptación del edificio al clima y a las condiciones existentes, el respeto a la naturaleza, el empleo de materiales naturales cuyo tratamiento queda totalmente expuesto, etc. Así, el edificio era totalmente didáctico y constituía en sí mismo parte de las enseñanzas que Wright impartía en él.
Lamentablemente, hace unos meses la dirección de la Escuela hizo público que la entidad cerraría sus puertas con el final del presente curso académico 2019-2020. Ocho décadas después de que Wright comezara la Fellowship, basada en un sistema de enseñanza de arquitectura que partía de la convivencia entre alumnos y docentes, y del aprendizaje práctico, parece que llega su fin. No obstante, siempre quedarán en pie las obras del maestro y de sus alumnos, que son, a fin de cuentas, bellos manifiestos de la Arquitectura Órgánica.
Fuente fotográfica principal: www.atlasofplaces.com